martes, 6 de noviembre de 2007

¿QUIÉN DECIDE QUE CAMBIÓ EL ARTE?

Cuando me pongo a pensar en quién decide que cambia el arte, quién lo modifica se me ocurren varios ejemplos tratados en clase, pero este tema deriva directamente en las personas que creen que tienen ese poder y en las luchas que se generan por él.

Lo primero que asocio es el libro El rey se muere de Eugene Ionesco debido a que el protagonista, el rey, estaba en su lecho de muerte y lo único que pensaba era que no iba a tener más poder, que nadie le iba a hacer más caso y que nadie lo iba a recordar; cuando cualquier persona en su lugar le importaría que no iba a ver más a sus seres queridos. Acerca de las luchas que se generan por el poder se me ocurre Ubú rey de Alfred Jarry ya que el tema de este libro no es más que codicia por el poder, poder que no importa como lo lograría, de hecho, a Ubú no le importaron los obstáculos que se le plantearon en el camino: no le importó matar al rey de Polonia, ni matar a toda la familia de rey, ni establecer impuestos incoherentes para su beneficio y perjudicar a la gente más pobre del país, ni traicionar a su amigo que lo había ayudado a ocupar el trono; no le importó nada de eso. Solamente quería lograr ese poder y gastar todo el tesoro escondido. De todas maneras, al final de la obra, queda en evidencia que todo lo que él hizo se vuelve en su contra, ya que cuando el hijo del rey logra sacarlo del trono se puede concluir que se está demostrando cómo toda la codicia que tuvo por el poder y la violencia que implemento no sirvió de nada.

Otro ejemplo es Un enemigo del pueblo, ya que esta obra muestra dos posiciones acerca de un tema surgido en un pueblo: la contaminación en el balneario que iban a construir. Una de las posiciones era la del gobernador del pueblo y de toda la gente que lo apoyaba que decía que el médico estaba loco, que todas las pruebas que él tenía eran falsas y que el balneario no provocaría enfermedades, que debían seguir con la construcción. En realidad, a ellos lo único que les importaba era la construcción del balneario ya que iba a generar ingresos porque iba a atraer a muchos turistas. La otra posición era la del médico que realizó los estudios, que comprobó científicamente que el balneario iba a contagiar pues sus aguas estaban contaminadas y quería que pararan con la construcción. Este médico hizo todo lo que estaba a su alcance para que la gente le creyera que no debían construirlo, sostuvo el tener a todo el pueblo en su contra, que el pueblo tirara piedras hacia su casa, pero no sostuvo ni toleró la corrupción que generaba la construcción del balneario. Pero una vez más ganó la corrupción, ya que no dejaban al médico hablar en público. Una vez más ganó la codicia. Ganó la violencia. Ganaron los que no quieren el bien.

Todo este tema de la lucha por el poder no es algo solamente de libros, de películas, de obras de teatro, sino que también pasa en la vida cotidiana, es un tema al cual estamos expuestos y vulnerables. Digo que este tema también pasa en la vida cotidiana ya que llegó a nuestra propia clase. Se disputaba una lucha de poder por quién tenía razón en un tema muy sencillo, ver quién hablaba mejor. Algunos se quejaban de la formalidad de otros al escribir en el foro, los otros se defendían diciendo que era su forma de escribir y que esa era la manera que les salía. Este conflicto se vio reflejado en mails que se comenzaron a mandar tratando de quedarse con la razón.

Por otro lado este tema también nos afecta diariamente cuando se trata de política, ya que cuando hay elecciones cada partido saldrá a hablar de las propias cosas buenas, sale a conseguir votos, pero cuando un partido político consigue llegar al poder no hace nada de lo que promete, solamente se ocupa de ver maneras para quedarse con más y más plata. A toda esta gente no le importa el resto de nosotros, solamente le importa su beneficio y poder enriquecerse ellos mismos, al igual que Ubú, la pequeña diferencia es que Ubú Rey es un libro y lo otro es la vida real.

Todos estos ejemplos pueden llevarte por un camino para empezar a pensar en quién tiene el poder para cambiar el arte, vos mismo podés sacar tus conclusiones. Podés pensar que el que cambia el arte es aquel que escribe más textos, ¿por qué no?; o si no, que es aquel que vende más obras, ¿por qué no?; que es aquel que escribió más críticias al respecto, ¿por qué no?. O simplemente que no es nadie, sino que los cambios que se producen en todos los aspectos que influyen en la vida cotidiana hacen que la gente escriba de manera diferente, y también hace que vos leas a las obras de manera diferente.

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