jueves, 30 de agosto de 2007

Que alguien muera, no significa que hablemos de muerte


Remordimiento por cualquier muerte


Libre de la memoria y de la esperanza,
ilimitado, abstracto, casi futuro,
el muerto no es un muerto: es la muerte.
Como el Dios de los místicos,
de Quien deben negarse todos los predicados,
el muerto ubicuamente ajeno
no es sino la perdición y ausencia del mundo.
Todo se lo robamos,
no le dejamos ni un color ni una sílaba:
aquí está el patio que ya no comparten sus ojos,
allí la acera donde acechó la esperanza.
Hasta lo que pensamos podía estarlo pensando él también;
nos hemos repartido como ladrones
el caudal de las noches y de los días.

Jorge Luis Borges


Desde el primer verso se describe lo que queda del alma en un muerto, libre de memoria porque esta ya se ha ido, y de esperanza porque no tiene nada que esperar. “Ilimitado, abstracto, casi futuro”, el lugar que el alma dejó vacío en definitiva es el todo, ya que un cuerpo sin alma no es más que un recuerdo del pasado, y la idea del alma nos hace imaginar un futuro más allá de la vida.

Que “el muerto no es un muerto: es la muerte” es decir que en cada muerto se ve a la muerte: uno toma contacto con ese “algo” que en general trata de evitar.

Según la religión, tras la muerte está la vida espiritual, y que ésta sea "como el Dios de los místicos" la convierte en un todo: después de la muerte está la verdadera vida. Al mismo tiempo, “de Quien deben negarse todos los predicados” la coloca en la nada ya que no tiene un sujeto (por eso se le niegan los predicados). Paradójicamente, “Quien” escrito con mayúscula la personifica, la transforma en un sujeto. De alguna manera está diciendo que la muerte es el todo y la nada al mismo tiempo.

Pero “El muerto ubicuamente ajeno”, perfectamente ubicado en la nada, nos representa cómo desde la mirada popular se ve a la muerte no como el comienzo de la vida espiritual sino como la perdida de una vida terrenal, y la ausencia del mundo.Todo lo que queda del muerto en este mundo lo tomamos nosotros, no le dejamos ni una emoción ni una palabra, a través de los objetos físicos nos remontamos a los momentos en los que el ahora muerto estaba vivo e interactuaba con estos objetos de la misma manera que ahora nosotros. También, que cuando ese alguien muere entre todos ocupamos su lugar, tomando todo lo que era de él.


Guido Galicer

1 comentario:

dr dyango dijo...

el poema tiene influencias del pènsar unamuniano; la muerte esta dentro de las posibilidades de cada acontecer, tambien , sugerida ya por los existencialistas.El poema resume magistralmente ideas tan difìciles de expresar.Lo conjetural de tamaño tema, en la maestrìa de la literatura de Borges.