La monja gitana, de Federico García Lorca
Silencio de cal y mirto
Malvas en las hierbas finas.
La monja borda alhelíes
sobre una tela pajiza.
Vuelan en la araña gris
siete pájaros del prisma.
La iglesia gruñe a lo lejos
como un oso panza arriba.
¡Que bien borda! ¡Con qué gracia!
Sobre la tela pajiza
ella quisiera bordar
flores de su fantasía.
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia
de lentejuelas y cintas!
¡Qué azafranes y qué lunas,
en el mantel de la misa!
Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería.
Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,
y, al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y yerba luisa.
Oh, que llanura empinada
con veinte soles arriba!
Qué ríos puestos de pie
vislumbra su fantasía!
Pero sigue con sus flores,
mientras que de pie, en la brisa,
la luz juega el ajedrez
alto de la celosía.
El poema de Federico García Lorca nos muestra los sentimientos de alguien que vive el encierro y la opresión, y que son manifestados mediante las fantasías y la imaginación de una monja gitana, que mientras borda, intenta expulsar de ella todo sentimiento prohibido, impuro, diferente a su realidad y contrastante con su rol en la vida.
Al ser monja, su alma no puede o no debería sentir atracción por otro que por D’s. Sin embargo, este no es el caso. El autor nos muestra una vez más cómo la mujer gitana no cumple con las “reglas” de lo normal y muestra cierta debilidad que la posiciona en un lugar inferior frente al hombre.
Con los primeros versos, Lorca prepara el escenario o marco donde se desarrollará el resto del poema. En un principio se puede percibir un ambiente armonioso, en silencio tal vez, sin alegría y sin colores, como la vida de la monja. Por eso, el silencio, el bordado en una tela amarillenta y la araña gris.
De repente y hacia el final de la obra, las fantasías comienzan a aparecer en la mente de la monja, lo prohibido comienza a brotar en su imaginación, lo gris se torna colorido y lo oprimido se transforma en libre. Tanto es así, que hasta las malvas, hierbas malas que dañan a las hiervas finas, pueden estar representando los pensamientos atrevidos o las añoranzas de la monja gitana que comienzan a surgir dentro de ella. Sus deseos empiezan a apoderarse de la indefensa mujer y ésta comienza a sentir la pasión y la satisfacción que la guían hacia un camino que no es el que la vida le asignó pero que, sin embargo, es el que ella elige transitar...
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2 comentarios:
Gracias por el analisis.
Soy una estudiante de literatura en Estados Unidos y encontre su pagina, me ha ayudado mucho!
Saludos.
Hola.
Como me veo profundamente interesada por los escritos de Garcia Lorca, comencé a buscar análisis que me pudieran aportar un soporte a partir del cual entrar en el mundo de su simbología. En fin, estoy en la busqueda de datos, opiniones, etc. Y recientemente me planteé la busqueda de un análisis de este poema en particular. Esta sería la segunda opinión que leo y me detengo en este comentario para dar conociemiento de la primera, la cual, me resultó muy interesante. Y lo hago sólo porque supuse que también podía resultarte de interés.
Gracias por el aporte.
http://usuarios.multimania.es/semilleroazul/la_monja_gitana.htm
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